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CINE

Orgullo & Prejuicio (2005)

Absolutamente genial. El debutante Joe Wright sorprende con una de las más brillantes películas británicas de la Historia, en la que todos los factores necesarios para conseguir una Obra Maestra están presentes. Desde un guión adaptado sublime, hasta una puesta en escena brillante, pasando por unas interpretaciones memorables. Merece la pena detenerse en este punto, porque Keira Knightley consigue dar vida con exquisita profundidad y fuerza a Elizabeth Bennet (llegando a "comerse" a Judi Dench en las escenas que comparten). Pero es que el resto de los intérpretes están al mismo nivel, sobre todo unos inolvidables Donald Sutherland y Brenda Blethyn.

La película te atrapa desde el primer plano (precioso, por cierto) y no te suelta hasta el desenlace. La primera mitad del metraje es un auténtico prodigio de ritmo narrativo, y toda la película está contada desde la más absoluta elegancia y sutileza, pero a la vez con un vigor portentoso. Por si fuera poco, la banda sonora de Dario Marianelli es preciosa, así como la fotografía de Roman Osin.

"Orgullo y prejuicio" se disfruta de principio a fin. Es un auténtico placer que existan películas tan maravillosas. El único defecto es que, como todo lo bueno, se acaba. Y en este caso, da auténtica pena.

De las dieciocho películas de superhéroes que integran hasta hoy el universo cinematográfico Marvel, Black Panther es una de las más ambiciosas. Su protagonista —creado para los cómics en 1966 y presentado en pantalla en Capitán América: Civil War (2016)— es T’Challa, rey de Wakanda, país imaginario oculto en el corazón de África.

 

T’Challa representa como Pantera negra los idearios singulares de Wakanda ante el resto de la humanidad. El filme aborda el sentido de tales idearios cuando el mundo ya no entiende de fronteras y las desigualdades —entre ellas, las raciales— son imposibles de soslayar. El enunciado de esos temas es acertado, y también lo es la apasionada vindicación de la negritud delante y detrás de la cámara.

Ahora bien, los discursos de Black Panther no trascienden el nivel pueril y coyuntural imperante en las esferas mediática y 2.0, y, además, ejercen efectos coercitivos sobre los registros de la aventura y el drama épico propios de este tipo de superproducciones. Si sumamos a ello la mediocridad formal y estética habitual en las producciones Marvel, la película acaba por satisfacer solo en tanto ofrece lo que se nos ha adiestrado a esperar.

la crítica

Dada la cantidad de cine animado digital que satura la cartelera, la familiaridad inevitable con las formas y las historias que Pixar brinda desde hace más de veinte años, y unas derivas creativas cada vez más conservadoras desde que fuese adquirido por Disney en 2006, resultaba difícil que el decimonoveno largometraje del estudio norteamericano supusiese ninguna revolución.

Y, en efecto, Coco es otro ejemplo de animación entusiasta, con momentos de una extraordinaria belleza y madurez, cuyos argumentos humanistas pecan en cambio de enrevesados y artificiosos; como ya sucedía en Del revés (2015), Coco se empeña en parecer grave y en emocionar con estrategias tan obvias que acaba por causar el efecto contrario, un cierto distanciamiento.

 

Su protagonista es Miguel, un niño mexicano que no se resigna a continuar la tradición familiar como aprendiz de zapatero, dado que aspira a ser un músico tan influyente como su ídolo, el mítico Ernesto de la Cruz. Miguel emprenderá durante la festividad del Día de los Muertos un viaje iniciático que reconciliará su vocación con los legados y valores de sus antepasados. Una película impecable, pero con la inspiración justa.

A Steven Spielberg se le puede y se le debe exigir más que al común de los directores. Tiene un enorme talento, que, por desgracia, no siempre está a la altura de sus ambiciones y nuestras expectativas. Ready Player One es ejemplo de ello. Se trata de una nueva superproducción distópica del cineasta en la estela de A.I. Inteligencia Artificial (2001), Minority Report (2002) y La guerra de los mundos (2005); y, al mismo tiempo, como Tiburón (1975) y Parque Jurásico (1993), de una relectura de best-seller con pretensiones de marcar su época. En ambos aspectos, sin embargo, se queda corta esta adaptación de la novela homónima de Ernest Cline, que retrata una Tierra sumida en 2045 en una grave crisis socioeconómica y medioambiental soslayada por la humanidad a golpe de realidad virtual. No faltan momentos de gran virtuosismo, incluso deslumbrantes, así como cavilaciones atinadas acerca de nuestro escapismo de la realidad y la conversión de la cultura popular en un agujero negro devorador de nuestros anhelos identitarios y monetaristas. Pero el grueso del filme peca de autocomplaciente, farragoso y maniqueo. Con un potencial visionario, Ready Player One acaba por ser tan solo otro síntoma del presente.

Afortunada combinación de cine indie y de género, Un lugar tranquilo narra cómo una familia sobrelleva en una granja apartada la conquista de nuestro planeta por una misteriosa especie de criaturas depredadoras altamente sensibles al ruido que hagan sus víctimas. La invasión obliga a Lee ( John Krasinski), Evelyn ( Emily Blunt) y sus dos hijos a desarrollar sus actividades en sordina, lo que resulta de una extraordinaria complicación; más aún, cuando está a punto de ocurrir algo en el seno del clan que amenaza con echar por tierra las estrategias que han dispuesto con esmero durante años para sobrevivir.

 

La película, co-escrita y dirigida por el citado John Krasinski, sabe trascender una propuesta argumental tan atractiva como susceptible de caer en todo tipo de inverosimilitudes, por la vía del drama intimista y una tensión continua, que hace de ella el mejor ejercicio de suspense llegado a la cartelera desde No respires (2016), con la que tiene varios puntos en común. El principal, la renuncia a los diálogos vulgares y el estruendo, tan característicos del cine comercial, en favor del silencio, los efectos de sonido significativos, la gestualidad corporal y la expresividad de los rostros.

Titanic

Titanic es una película estadounidense dramática de catástrofe de 1997 dirigida y escrita por James Cameron y protagonizada por Leonardo DiCaprio, Kate Winslet, Billy Zane, Kathy Bates, Gloria Stuart y Bill Paxton.23​ La trama, una epopeya romántica,34​ relata la relación de Jack Dawson y Rose DeWitt Bukater, dos jóvenes que se conocen y se enamoran a bordo del transatlántico RMS Titanic en su viaje inaugural desde Southampton, Inglaterra, a Nueva York, EE. UU., en abril de 1912. Pertenecientes a diferentes clases sociales, intentan salir adelante pese a las adversidades que los separarían de forma definitiva, entre ellas el prometido de Rose, Caledon «Cal» Hockley (un adinerado del cual ella no está enamorada, pero su madre la ha obligado a permanecer con él para garantizar un futuro económico próspero) y el hundimiento del lujoso barco tras chocar con un iceberg.y un párrafo.

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